jueves, 14 de agosto de 2008

Qué es la nueva arquitectura del pensamiento y cuál es la acción educativa





Integrantes Grupo No Asistido N º 2 Núcleo Valles del Tuy: Aguilar Alicia C. I: Nº 3.631.645, Alcalá Sandra C.I. Nº 3.633.552, Carmona Bernabella C.I.Nº 4.287.576, Gómez Luisa Dalila C. I. Nº 5.401.298, Morales Nelsis C. I. Nº 10.886.957 y Santamaria Luis C. I. Nº 4.584.324


¿Qué es la nueva arquitectura del pensamiento y cuál la acción educativa?



Al hablar de arquitectura hablamos de religiones que toman vida, de poderes políticos que muestran su fortaleza, de sectores sociales que dejan constancia de su auge, de hechos conmemorables…, pero también la arquitectura está íntimamente relacionada con el pensamiento y lo refleja. Para Goycoolea (1988) “La arquitectura, entendida como disciplina intelectual y profesional, depende y refleja (los tipos de pensamiento y grupos sociales) que están relacionados con los que se podrían incluir en el término saber institucionalizado (…) por ser este el saber apoyado y financiado por las clases sociales que intervienen en la definición y construcción de la ciudad, con el fin de utilizar para sí los beneficios que se derivan del conocimiento”.

Malles Stvens (2005) consideraba que los edificios debían levantarse como educadores de la multitud y que “no sólo han de hacer la existencia feliz y agradable por su aspecto satisfactorio sino también porque dejan entrever a partir de sus proporciones o la armonía de sus formas un poco de alegría e ideal”. Antes al contrario, la mayoría de las ciudades del mundo han crecido mal y demasiado rápido, caminando aceleradamente hacia urbes duales con espacios de concentración del poder social, económico y político junto a ámbitos de concentración de procesos de exclusión y marginación y climas de intolerancia. Despersonalización y uniformización caracterizan un entorno agredido y agresor que insiste en modelos de crecimiento insostenibles

¡Qué mejor metáfora para ilustrar los modelos de producción que se han entendido como modos de riqueza en nuestro país desde los tiempos coloniales hasta el pasado reciente, con un desenlace tan perverso para la mayoría de sus habitantes! Lamentablemente a lo largo de la historia hemos visto que los modelos de desarrollo económico han sido impuestos en una forma irresponsable por una sociedad jerárquica, que dicho sea de paso son los que siempre se han beneficiado.

En el siglo XX se asumió tácitamente que el desarrollo consistía en un bien en sí mismo, se llegó a creer que el solo incremento del producto económico satisfacería de algún modo las carencias de la población, idea por lo demás Maquiavélica, para crear consenso entre los desposeídos y desposeídas alrededor de la creencia de que los fenómenos económicos son similares a los fenómenos naturales y hacerle creer en consecuencia que si hay pobres y ricos no se debe a la acción de los seres humanos, sino que sólo se trata de un accidente fortuito irremediable.

En nuestro país nos hemos paseado por los modelos impuestos, tales como: Modelo primario exportador, modelo de la sustitución de importaciones y el modelo neoliberal. Estos modelos comparten un carácter denominado exógeno, aunque presentan diferencias particulares; nos fueron impuestos desde afuera y para el exclusivo beneficio de las sucesivas potencias dominantes (España, Inglaterra, Francia, Estados Unidos) y adeptos pertenecientes siempre a la oligarquía criolla. Estos modelos han persistido en Venezuela desde su formación como estado nación y, es a partir del año 2003, cuando se empieza a intentar la supresión de ese carácter exógeno, cuando la resistencia del pueblo venezolano y su fuerza armada derrotaron el paro golpista y recuperaron para Venezuela el usufructo de su petróleo.

La conjunción de estos modelos configuró una sociedad altamente desigual, se consolidó un permanente saqueo de las riquezas naturales y de la fuerza de trabajo de los venezolanos y venezolanas. Así, que la economía estuvo sometida a los vaivenes de la economía internacional y a los dictados de las potencias económicas de turno, con unos efectos nefastos: concentración de la riqueza en pocas manos, desigualdad social , deformación estructural (monoproductora, producción de un solo rubro en este caso el petróleo), la agricultura en ruina y ocupación deformada del territorio.

Además de los efectos mencionados se nos acostumbró a vivir en un campo de batalla, de competencias, sin escrúpulos, hasta obtener lo deseado, por eso la irresponsabilidad, el individualismo, la corrupción y el ejercicio ensoberbecido de nuestros saberes no desaparecerán por sí solos, ni a corto plazo, como lo desearía el proceso revolucionario liderizado por el Presidente Chávez, cuyo objetivo es redimir a la gran mayoría del pueblo venezolano de cualquier forma de exclusión y explotación; esto significa derrotar la dependencia cultural.

Como se ha mencionado la tarea no es sencilla, se trata de deconstruir pacientemente esta dependencia, indispensable para cualquier proyecto de desarrollo endógeno. De allí que se deriven las diversa misiones, con el fin de promover un modelo endógeno, sustentable y solidario, a partir de la transformación cultural de las relaciones sociales y de producción con los sectores pobres y excluidos.
Cuando hablamos de la nueva arquitectura del pensamiento y la acción educativa, es difícil dejar de mencionar a Paulo Freire, es quizás una de las grandes contribuciones de América Latina al mundo entero y su primera contribución fue pensar que el conocimiento debe estar al servicio de liberación, que no puede haber humanización, sin que haya justicia social y sin que haya un elemento de responsabilidad individual, traducida en responsabilidad ética colectiva. Freire pensaba que la educación como organización del oprimido, parecería para el neoliberalismo un mecanismo de formación de mano de obra para una competencia en los mercados, para homogeneizar conductas. Por el contrario, él vio a la educación de una manera más abierta, vinculada a lo moral, a lo cognitivo, a la imagen del cambio social, a los sectores socialmente subordinados, por eso la educación debe ser ruptura y transformación.
En tal sentido, La Conferencia Regional de Educación Superior 2008 promueve los valores humanos de la universidad que debe orientarse a la formación integral la formación integral de personas, ciudadanos y profesionales, hombres y mujeres capaces de abordar con responsabilidad ética, social y ambiental los múltiples retos implicados en el desarrollo endógeno y la integración de los países, y participar activa, crítica y constructivamente en la sociedad.

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