martes, 20 de mayo de 2008

Memoria Crítica. Taller: Diseñando La Libertad.

REPÚBLIVA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “SIMÓN RODRÍGUEZ”
MAESTRIA ROBINSONIANA
MATERIA: LA CIBERNÉTICA EN LA REGULACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES COMPLEJAS
SECCIÓN: 10
NÚCLEO: VALLES DEL TUY
FACILITADOR: Freddy Alvarez
GRUPO NO ASISTIDO Nº 2: Alicia Aguilar C.I. Nº 3.631645, Sandra Alcalá C.I. Nº 3.633552, Bernabella Carmona C.I.Nº 4.287.576, Luisa Dalila Gómez C.I. Nº 5.401.29 8, Nelsis Morales C.I. Nº 10.886.957 y Luis Santamaría C.I. Nº 4.584.324

Taller: “Diseñando la Libertad”, Autor: Staffor Beer
Memoria Crítica

El presente trabajo tiene como finalidad realizar una memoria crítica de algunas conferencias de la obra titulada “Diseñando la Libertad”, realizada por el Autor Stafford Beer, el cual presenta una recopilación de seis conferencias, sobre el análisis cibernético y la noción ideal o deber ser de las organizaciones, indicando la necesidad de estabilidad, adaptación, mediante la implantación de un modelo regulador. El tema se enmarca en el contexto de las organizaciones complejas, concebidas como un sistema cibernético y dinámico caracterizado por viabilizar los estados posibles o variables que amenaza lo que estimamos más valioso, al sustentarse en un patrón o modelo regulador en el que sea posible cumplirse la Ley de la Variable Requerida en cada nivel de recursión para lograr la estabilidad, es decir, capaz de generar la complejidad del proceso necesario para recobrar la estabilidad luego de cada perturbación. Modelo en que se exprese una noción real de protección demostrada por la posibilidad de libertad que interpreta y atenúan las variables que demandan las necesidades sociales. Por igual, el autor es enfático en el tema de la democratización del uso de la computadora como generadora de libertad.
De las seis conferencias de Stafford Beer, se analizarán solamente la número 2 y la número 6: Instrumentos subestimados por el hombre moderno y La libertad del hombre en un mundo cibernético.
A continuación se expondrá la temática planteada por el autor en cada una de las conferencias mencionadas anteriormente, seguidamente el grupo no asistido fijará su posición al respecto.

Instrumentos subestimados por el hombre moderno:
La cultura tarda muchísimo en aprender, el hombre se resiste a cambiar la imagen del mundo que su cultura le proyecta, negando la existencia de leyes que puedan regir las instituciones que ha creado, es por ello que al negar y mucho menos seguir las leyes de la organización eficiente es donde se presentan las grandes fallas, utilizando erróneamente las computadoras, las telecomunicaciones y las técnicas de la cibernética. Al dirigir las instituciones se subutilizan los instrumentos con los cuales se cuenta, pues se desconoce su verdadera utilidad. Estas pudieran servir para planificar de nuevo las instituciones, darles un nuevo giro de manera que funcionen diferente a como lo han venido haciendo. No se debe partir de la conformidad mental instaurada culturalmente. Recordemos que las instituciones son sistemas dinámicos y que necesitamos abarcar la medida de su variable o número de posibles estados del sistema, esto permitirá su regulación la cual parte de la absorción de su variable por otra variable, pues cuando las variables están desajustadas se amerita reestructurar las organizaciones para hacer frente a ello.
Muchas veces se culpa a las computadoras, creyendo que amenazan la libertad e individualidad, negando que en realidad es su única esperanza. Sin un modelo de sistema no se puede utilizar un regulador. También se menciona la Ley de Ashby donde únicamente la variable puede absorber otra variable, es decir atenuando la variable producida por el sistema y la otra ampliar la variable del regulador. Por ejemplo en una tienda, al público debe concebírsele como si fuera un sistema, un modelo contenido en una computadora. El público proporciona información mínima que la computadora sintetiza en el modelo. Esto amplía la variable en la medida necesaria para atender al público y atenúa la variable para aliviar al director satisfaciendo así las exigencias de la ley de la variable requerida por ambos. Existe un principio cibernético de que ningún regulador puede funcionar, sino existe un modelo predeterminado que se haya establecido previamente, pues los fallos institucionales son debido a los inadecuados modelos que adoptan. Adicionalmente, pueden existir intereses privados que crean sistemas sin que nadie tenga conocimiento de su existencia, lo cual no debería ocurrir en los sistemas democráticos, ya que los mismos deben partir de un adecuado control jurídico de su legalidad.

La libertad del hombre en un mundo cibernético:

Existe la necesidad de trazar un proyecto que conduzca a la plena libertad. Las instituciones tienen el gran problema de ser incapaces de responder a tiempo, aprender a tiempo, adaptarse y evolucionar. En tal sentido, la comunidad debe implantar un nuevo modelo regulador en el corazón del sistema viable en el cual participa y en todos sus niveles de recursión, para lo cual se amerita una eficiencia científica donde se diseñe un modelo regulador que proporcione la variable requerida que encierra la palabra libertad. Hasta ahora la ciencia ha sido utilizada como instrumento de poder donde las fuerzas económicas lo concentran y mantiene su imagen elitista. Si el hombre no quiere que el poder lo manipule, debe tomar las riendas en cuanto a la ciencia, pues está sumergido en un sistema caracterizado por su ineficacia, por esta razón hay que buscar los medios para lograr la eficiencia y ponerla al servicio del pueblo.
El hombre se encuentra atrapado por la manera en que la sociedad lo utiliza, la planificación debe ser continúa y adaptable para no basar las decisiones en predicciones. Esto es debido a que la libertad personal no es una libertad absoluta ya que esta mediatizada por las limitaciones de nuestro propio cerebro. La televisión se encarga de transmitir escenas o situaciones que adquieren un carácter irreal, existe la urgente necesidad de utilizar la ciencia para remodelar las instituciones, pues los medios ofrecen un imperialismo óptico, un falso progreso. Aquí los sistemas computarizados son utilizados para espiar la vida de los ciudadanos, la utilización de la ciencia para fines opresores o la tecnocracia, poniendo en riesgo la liberad personal. La ciencia a menudo hace uso de la experimentación, sin permiso de nadie, por lo que se requiere precaución para lograr los avances sociales y comprobar continuamente su curso. Dentro de estas perspectivas, el autor está a favor de las iniciativas populares como forma de liberación, remodelando el sistema para lograr la libertad. Un sistema humano, un sistema social, no es un sistema en equilibrio. Por el contrario, constantemente se producen perturbaciones, desviaciones que fuerzan a una constante reorganización y ajuste. En este sentido, el orden y el desorden "cooperan" para la organización del sistema. El desorden es necesario para la producción del orden. Esta relación dialéctica forma parte de la complejidad de los sistemas.

Se considera muy interesante el aporte del autor pues pone de manifiesto elementos interesantes para ser analizados a la luz de la actual sociedad, de nuestros sistemas, de nuestras instituciones. Si bien es cierto, las instituciones creadas por nosotros mismos (escuelas, empresas, ciudades, países, entre otros) no pueden considerarse solamente entidades, sino por el contrario sistemas dinámicos, también es cierto que en el dinamismo intrínseco que poseen se evidencia un acentuado matiz de los sistemas utilizados en el pasado, con sus mismas fallas, ineficacia y burocratismo. Los sistemas actuales perdieron su brújula, no terminan de conseguir su camino y en esa lucha incesante se enfrentan con múltiples variables que los condicionan y los inestabilizan. Es difícil hacerles entender a los que dirigen esos sistemas, que equivocaron su rumbo, pues existen muchos intereses particulares en preservar las estructuras y no permitir cambios, y lo más grave es estar convencidos de que sus pasos y caminos son los más idóneos.
En otro orden de ideas, al igual que Beer consideramos que la tecnología está subutilizada, pues la información que se maneja a través de ella está previamente diseñada para moldear al ser humano a su antojo, por lo cual la educación no puede acabar con el tecnocratismo reinante, pues es esa misma educación la que impulsa a sus educandos a utilizar la tecnología sin una postura reflexiva y analítica, sino por el contrario absorbiendo dicha información de manera pasiva y conformista.

¿Es posible lograr un cambio? Si los docentes en un alto porcentaje condicionan al alumno al uso de las tecnologías sin que ellos (los docentes) conozcan o dominen el uso de la misma, pues muestran temor ante ella, así como la gran mayoría de ciudadanos. Si partimos de que la cibernética es la ciencia que estudia los principios abstractos de la organización en los sistemas complejos, no interesándose tanto en qué constituye a los sistemas sino en cómo funcionan, tendría que acotar que esta ciencia tiene todavía mucho por hacer en nuestra sociedad para intentar que los sistemas usen adecuadamente la información, los modelos y el control de las acciones para conducirse hacia sus metas y mantenerlas, mientras actúan en contra de diversas perturbaciones. Otro aspecto a resaltar es la existencia actual del burocratismo dentro de nuestros sistemas, pensamos que no existe un antídoto a tan terrible mal que cada día se acrecienta más a pesar de que los medios de comunicación muestran una marcada distorsión de esta realidad al hacer creer su erradicación. Al respecto muchos dirigentes se interesan en mantener el burocratismo como pilar de las instituciones y como elemento conservador de los intereses particulares quienes se mantienen rígidos ante los cambios para mantener su dominio y control.

¿Será posible diseñar la libertad? ¿Somos libres? Verdaderamente no lo creemos, pues se nos ha educado para aceptar pasivamente las iniciativas y decisiones de los gobernantes de turno, solo unos pocos, levantan su voz de protesta, la cual es opacada o sombreada por la actitud mayoritaria. También Beer expresa estar a favor de las iniciativas populares como forma de liberación, ¿Es esto posible? Podría ser una forma de liberación, pero el burocratismo reinante se convierte en la antítesis del protagonismo ciudadano en los asuntos públicos. Existiendo barreras que obstaculizan la transformación cultural requerida, tales como: el escepticismo y la apatía del ciudadano común, pues existe mucha desconfianza en sus instituciones, el vencer la cultura clientelar y el otorgamiento de favores a través de mediaciones políticas, por lo cual hay que luchar para construir una nueva cultura que genere la convicción de que es a través de la organización y participación del pueblo que se puede edificar una sociedad libre, justa y de iguales. Realmente no somos libres, somos víctimas de lo que creamos (sistemas y tecnología), es difícil escapar de esta realidad, cambiar las estructuras, dominar las variables, lograr la estabilidad de los sistemas, y sobre todo cambiar la conciencia y deslastrarnos de lo que culturalmente hemos vividos y a lo cual pasivamente nos hemos adaptado. El mismo autor hace referencia del por qué no somos verdaderamente libres y cita a Sir Geoffrey Vickers, ”El cepo está en función de la naturaleza del atrapado”, Vickers señala que lo que atrae al individuo al cepo es su propia naturaleza. Por consiguiente, consideramos que sí se puede diseñar la libertad, pero no implementarla, pues sería mentirnos a nosotros.

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